Era una noche lluviosa. Cuando él llegó a mi vista. Parado en la calle, sin paraguas ni saco. Entonces me paré a su lado, y le ofrecí un paseo. Él aceptó con una sonrisa, y conducimos un rato. No le pregunté su nombre, a este muchacho solitario en la lluvia. El destino me dijo que está bien, esto es amor a primera vista.
sábado, 26 de junio de 2010
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